lunes, 23 de marzo de 2009

Starkbierfest

Que Múnich es la capital mundial de la cerveza es algo bien sabido por todos. Es una imagen que se encargan de explotar muy mucho. Yo reconozco que es verdad, nunca había visto que algo así influyera tanto en la trayectoria histórica y en la vida actual de una ciudad.

De la estrecha relación entre la cerveza y Múnich probablemente hable ampliamente en una próxima entrada. Ahora me voy a centrar solamente en uno de los incontables eventos que ocurren alrededor de esta bebida.

La Starkbierfest se celebra todos los años en torno a las fechas que nos encontramos. Este año es desde el 13.03 al 29.03.2009. Las fechas varían, pero siempre se celebra entre Fasching (Carnavales) y Ostern (Semana Santa), esto es, la época de ayuno cristiano.

El origen de esta Starkbier ("cerveza fuerte") lo encontramos precisamente en este ayuno cristiano. Los monjes de la ciudad (a partir de cuyos monasterios se creó), se quedaban un poquito faltos de energía cuando tenían que pasar el período de ayuno. Y es que lo curioso del ayuno es que invita a que se reduzca la cantidad de comida que se ingiere, pero no la de bebida...

Y ahí está el quid de la cuestión, ¿qué hacemos para comer si solamente podemos beber? Pues nos inventamos una cerveza que tenga todo lo que no podemos comer: el doble de levadura, el doble de malta, el doble de todo. Eso sí, ya que nos ponemos a añadirle de todo, pues vamos a hacer que tenga también un poquito más de alcohol. ¿Cuánto? Pues el triple más o menos: 12 grados tiene la criaturica.

Lo más cerca que he estado yo de ayunar en toda mi vida fue de pequeño. En época de ayuno, en mi casa no comíamos carne los viernes y mi madre siempre cocinaba un potaje que a mi no me gustaba nada (y que ahora solo de pensar en él se me hace la boca agua...).
Ahora bien, esta nueva forma de ayuno muniquesa me tiene conquistado desde el primer día. La cerveza tiene un sabor dulce muy muy agradable y entra con una facilidad bastante peligrosa. Después de la primera Maß (jarra de un litro, mínimo disponible), uno se encuentra más que feliz y completamente disponible a cantar y bailar con el desconocido/a que tiene sentado al lado. Después de la segunda y sucesivas (cada uno las que aguante), puede ocurrir cualquier cosa.

Para disfrutar de esta fiesta en honor de la Starkbier, el sitio más famoso y recomendable es la sede de la cervecería Paulaner en Nockherberg, donde se pueden llegar a reunir (y lo hacen...) cerca de 3.000 almas. Todo el mundo está bebiendo cerveza y cantando y bailando, la mayoría enfundados en sus trajes típicos bávaros; ellas con sus dirndl y ellos con sus lederhosen.
La foto de las bávaras con sus dirndl es solamente para que sepáis lo duros que son estos eventos...

Esta es una fiesta antesala a lo que en octubre será la Oktoberfest, de hecho la llaman la Oktoberfest de primavera. Si en la Oktoberfest lo pasamos la mitad de bien que en la Starkbierfest (que será el doble), merecerá bien la pena.

Monjes, leones y supersticiones

Corría el año 1158 (año frío, te lo diré yo...) y un grupo de monjes decidieron asentarse en la colina Petersbergl.
- ¿Dónde está la colina Petersbergl?
- ¡Joder, cuánta incultura! ¿Pues dónde va a estar? En lo que ahora viene siendo Múnich.
- Ach so! Y yo sin saberlo... No sé cómo he podido vivir hasta ahora...

Unos años después (la wikipedia no dice cuántos, si no lo pondría), Enrique el León, ese personaje tan importante en la historia de... ... el mundo, decide asentarse cerca del convento de monjes (en adelante Monjes). Esto no lo hace así porque sí, para todo hay una explicación en la vida. Resulta que la zona de Monjes era una zona con importantes minas de sal. Ahí Enrique, el tío, lo vió claro: "Si yo domino esa zona, los cuartos pa mí". Y qué es lo que hizo, ya que le pegó fuego al único puente que existía en Monjes y construyó uno que él controlaba. El convento se quejó al Papa por tal intromisión (con la iglesia hemos topado...), y ante una posible excomunión, Enriquito decidió compartir los cuartos que el puente generaba como bienes gananciales. ¡Zas! Nace la ciudad.

A partir de ahí la ciudad creció mucho, construyeron la Hofbräuhaus, Hitler hizo el Putsch y se cargaron a 11 atletas israelíes en las olimpiadas del 72. Más o menos lo que ya sabemos. Si me da por ahí lo desgranaré en otra entrada.

Me salto completamente el resto de historia de Munich y me centro solamente en lo que he contado en un principio, ya que es muy importante a la hora de explicar el por qué de los dos símbolos principales de la ciudad.

Estos dos símbolos fundamentales de Munich son el monje y el león.
El nombre de Munich en alemán es München, que traducido al español quiere decir Monjes (vamos hilando), esta es la explicación para el primero de los símbolos.
El segundo ya lo habréis adivinado. El león hace referencia a uno de los fundadores de la ciudad, Enrique el León.

Pues bien, esto símbolos se pueden encontrar por toda la ciudad:
  • hay leones en la Residenz, que es el palacio real de los duques bávaros, en el Feldherrnhalle de la Odeonsplatz, en la Löwenbrau (cerveza...ñam!), y en todos los edificios con una mínima historia.
  • el monje además de estar en el escudo de la ciudad, corona la torre más alta del ayuntamiento.
Estos símbolos tienen, curiosamente, una gran influencia en la vida actual de la ciudad.

Me explico. En Castilla y León los símbolos principales son el león (¿coincidencia?) y la torre, pero ya está. Como si fueran el ligre y el rascacielos. Nos da igual.

Aquí, curiosamente, tienen tanta influencia que la ciudad lleva el nombre de uno (monje) y todos los días toca el otro. Sí, habéis oído bien, tocan a los leones.

Cuando llegué me contaron en una guía turística que una de las supersticiones de los muniqueses era tocar las cabezas de los leones que están en las puertas este de la Residenz. Yo al principio pensé que era una de las muchas estupideces que se les cuentan a los visitantes de la ciudad, tocamos las cabezas y seguimos el tour. Pero con el paso de los días, en mi camino al trabajo me fijé si era cierto o no y ¡lo es! La gente toca las cabezas de los leones a diario. Y una gran mayoría son muniqueses, porque se distingue perfectamente quien está paseando visitando la ciudad y quién pertenece a ella. En algunos casos me confundiré, pero aún así el margen es bien amplio.


Para que se cumpla la superstición, hay que tocar dos cabezas en una de las puertas, y la primera te dará salud y la segunda dinero. Os imaginaréis que están las cabezas más sobadas que la pipa un indio...

Así que ya sabéis, si venís a Múnich, no dejéis de buscar el monje y el león por toda la ciudad y ¡no os olvidéis de tocar las cabezas de los leones de la Residenz! Por si acaso...

miércoles, 18 de marzo de 2009

Depresión temporal...

No, no me refiero a temporal en el tiempo, si no a temporal por el tiempo.
Y es que salvando cuatro días contados en los que ha hecho sol (sí, mucho frío, pero sol), estamos en marzo y todavía hay predicciones de nevada...

Hace un tiempo me mandaba un email Isa sobre una emisión radiofónica argentina, en la que el protagonista se iba a vivir a Canadá. En un principio le encantaba ver nevar, le parecía algo mágico y novedoso. A los 4 meses de nevadas continuas definía la nieve como "esa puta mierda blanca".

No es que yo no esté acostumbrado a la nieve, vengo de Valladolid todos los años algo cae, aunque no sea mucho, pero siempre vemos la nieve. Lo que no estoy acostumbrado es a 3 semanas de nieve ininterrumpida, que hagas lo que hagas y mires lo que mires, todo esté blanco. Bueno, y si fuera blanco, pues no estaría mal, pero la mayor parte del tiempo estaba marrón y embarrado.

El año pasado en Berlín nevó 4 días contados. Frío todo el que quisieras, pero nieve poca. Es cierto que la depresión que teníamos todos era por falta de sol, no por exceso de nieve.

De verdad, estoy cansado ya y quiero que llegue el buen tiempo. Lo necesito...